Vive
la Eucaristía
SGDOA 1 TIPICO

viernes, 30 de agosto de 2013
viernes, 16 de agosto de 2013
¿Tienes tentaciones?
Tentaciones las tenemos todos y a
cada paso. A veces las vemos venir, otras nos sorprenden como el ladrón. A
veces son declaradas, otras como lobos con piel de oveja. A veces las vencemos,
otras nos atrapan y nos hacen daño, tanto daño. Por eso Jesucristo nos enseñó a
pedir: "No nos dejes caer en tentación".
Cuestión
de vida o muerte
Las
tendencias desordenadas que llevamos dentro son agresivas y "son muerte;
mas las del espíritu, vida y paz" (Rom 8,6) Nos pasamos toda la vida en
guerra, guerra entre las tendencias del espíritu y las de la carne. "La
vida del hombre sobre la tierra es una milicia" (Job 7,1)
Nos
sirve para la ocasión la historia del viejo Cherokee en diálogo con su nieto:
Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla que
ocurre en el interior de las personas. Él dijo, "Hijo mío, la batalla es
entre dos lobos dentro de todos nosotros. Uno es malvado: es ira, envidia,
celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa,
resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego. El
otro es bueno: es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad,
benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe." El nieto lo
meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: "¿Qué lobo gana?"
El viejo Cherokee respondió: "Aquél al que tú alimentas."
¿Por
qué permite Dios las tentaciones?
-
La tentación nos ayuda a recordar
que somos débiles y vulnerables, que tenemos una naturaleza
caída que exige vigilancia, una flaqueza que necesita del auxilio de la fuerza
de Dios. Nos recuerda que de
todo ello hemos de ser salvados y nos llena de gratitud y amor
hacia Jesús nuestro Redentor.
-
El sufrimiento que trae la tentación es un
modo de reparar por nuestros pecados.
- La circunstancia de la tentación nos da la oportunidad para confirmarle a Dios nuestra opción por Él.
- La circunstancia de la tentación nos da la oportunidad para confirmarle a Dios nuestra opción por Él.
-
La situación de ser tentados nos ayuda a conocernos
a nosotros mismos y a crecer en la virtud: "Quien no ha
pasado pruebas poco sabe, quien ha corrido mundo posee gran destreza."
(Eclesiástico 34,10) "El horno prueba las vasijas de alfarero, la prueba
del hombre está en su razonamiento." (Eclesiástico, 27,5) Dios, por misericordia,
quiere probarnos para instruirnos, dice San Agustín. Estos
momentos son útiles como prueba de nuestras fuerzas espirituales. Abraham fue
puesto a prueba, también Israel en el desierto. Cuando combatimos en la
tentación y ponemos nuestra fuerza en Jesús y no en nuestras falsas
seguridades, nos hacemos más fuertes y conquistamos la corona que Dios prometió
a los que lo aman. El
cristiano es un luchador, cuando deja de luchar se aleja de Dios.
La militancia es indispensable para conquistar la cumbre del ideal cristiano.La
tentación nos coloca en la verdad de nosotros mismos, y nos permite elevar los
ojos a Dios misericordioso, poniendo toda nuestra confianza en Él, el Dios que
no defrauda.
No
debemos exponernos a la tentación, pero tampoco debemos huir de la batalla.
En la batalla debemos resistir con toda firmeza. San Cirilo
de Jerusalén compara la tentación a un torrente difícil de atravesar. Algunos
no dejan que la tentación les trague y atraviesan el río; son nadadores
valientes y fuertes que no se dejan arrastrar por la corriente. Otros entran al
río y se ven arrastrados. Una cosa es quemarse, otra chamuscarse.
En
el Camino de Perfección, Santa Teresa explica que cuando un alma llega a la
perfección no pide más al Señor que le libre de las tentaciones, de las
persecuciones y las batallas. Más aún, desea el sufrimiento y lo pide al Señor,
como el soldado que busca las grandes batallas porque sabe que el botín será
generoso. Estas personas no temen a los enemigos declarados, se enfrentarán a
ellos y saldrán victoriosas con la fuerza de Dios. El enemigo al que temen y del
que piden al Señor que les proteja es al que se camufla, el
demonio que se presenta con cara de ángel luminoso y que no se declara sino
hasta después de haber vencido. Estos enemigos te hacen caer en tentación sin
que te des cuenta. Te seducen, te engañan, te atrapan y dañan gravemente tu
alma.
Santa
Teresa recomienda que en
la tentación, dediquemos más tiempo a la oración y supliquemos
la ayuda del Señor con humildad, pidiéndole que nos permita sacar bien del mal.
Cuando el Señor ve nuestro deseo de servirlo y darle gusto, será fiel y vendrá
en nuestro auxilio. El demonio, que es muy astuto, nos hace creer que tenemos
la virtud necesaria para afrontar las tentaciones. Es necesaria la humildad
para reconocer nuestras debilidades y pedir ayuda al Señor a base de oración y
vigilancia.
La postura de fondo debe ser una voluntad
firmemente determinada a no ofender a Dios y siempre buscar agradarlo. En la
tentación, aceptar que somos pobres y vulnerables; nunca la presunción de
sentirse fuerte y virtuoso, porque por allí se mete el demonio. "Velad y
orad, para no caer en tentación: el espíritu está pronto, pero la carne es
débil" (Mt 26,41)
¿Qué
pedimos a Dios en el Padre Nuestro?
Lo que pedimos a Dios no es que no seamos
tentados, sino que que no seamos tentados por encima de nuestras fuerzas. "Y
fiel es Dios que no permitirá seáis tentados sobre vuestras fuerzas. Antes
bien, con la tentación os dará modo de poderla resistir con éxito". (1 Cor
10,13)
Cuando
se te presenta la tentación, depende
de ti cómo la manejas en tu interior. No ves al demonio, pero
sientes tus pasiones y tienes que combatir para salir victorioso. Necesitamos la gracia de Dios
para salir triunfantes, por eso le decimos: no nos dejes caer
en tentación. Es decirle: ayúdame,
solo no puedo. Por eso, junto con la oración y la vigilancia,
nos fortalecemos cuando intensificamos nuestra vida sacramental. Es Dios, todo
vida y salud del alma, quien nos concede las fuerzas que necesitamos. La confesión y la comunión
frecuentes fortalecen nuestro organismo espiritual, algo así
como las vitaminas cuando estamos débiles y tememos agarrar un buen resfriado o
algo peor.
Con
esta petición suplicamos a Dios que el enemigo no pueda nada contra nosotros si
Él no lo permite. Como dijo Cristo a Pilato: "No tendrías ningún poder
sobre mí si no se te hubiera dado de lo alto" (Jn 19,11)
¡Padre Nuestro, te lo suplico, ¡no me dejes caer
en tentación!
jueves, 15 de agosto de 2013
GRACIAS, JESÚS, por regalarnos a tu madre, María

LA ASUNCIÓN DE LA
VIRGEN MARÍA. La Madre de Dios fue asociada estrechamente, por voluntad
del Padre, a los misterios de su Hijo. Así, al igual que Jesús, también ella
murió y fue sepultada. Pero, como dice el Prefacio, «el Señor no quiso que
conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu,
concibió en su seno al autor de la vida». Al respecto escribía Pío XII: «A la
manera que la gloriosa resurrección de Cristo fue parte esencial y último
trofeo de su más absoluta victoria sobre la muerte y el pecado, así la lucha de
la bienaventurada Virgen, común con su Hijo, había de concluir con la
glorificación de su cuerpo virginal... Por eso, la augusta Madre de Dios,
misteriosamente unida a Jesucristo desde toda la eternidad, ... consiguió, al
fin, como corona suprema de sus privilegios, ser conservada inmune de la
corrupción del sepulcro y, del mismo modo que antes su Hijo, vencida la muerte,
ser levantada en cuerpo y alma a la suprema gloria del cielo». Y la
Constitución papal que en 1950 declaró el dogma de la Asunción concluía con
esta definición: «Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María,
cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria
celestial».
Oración: Dios todopoderoso y eterno, que
has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre
de tu Hijo, concédenos, te rogamos, que, aspirando siempre a las realidades
divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 13 de agosto de 2013
Oración
al Espíritu Santo
A veces
nos sentimos solos y pensamos que nadie nos escucha. A veces no sabemos qué
decisión tomar. A veces no sabemos explicar una presencia que de hecho
experimentamos sin saber explicarla. Para cualquier momento, pero especialmente
en esas circunstancias puede servirte esta oración al Espíritu Santo.
domingo, 11 de agosto de 2013
Qué es la RCCE
"ES UNA MANIFESTACIÓN ELOCUENTE DE LA VITALIDAD SIEMPRE JOVEN DE LA IGLESIA, UNA EXPRESIÓN VIGOROSA DE LO QUE EL ESPÍRITU ESTÁ DICIENDO A LAS IGLESIAS AL FINAL DEL SEGUNDO MILENO".
(Juan Pablo II)
Para comprender la Renovación en el Espíritu, hay que asomarse a la experiencia de los Apóstoles en Pentecostés. El Cenáculo es el lugar donde los cristianos se dejan transformar por la oración, en torno a María, para acoger al Espíritu. Y es también el lugar de donde salen para llevar "hasta los confines de la tierra" el fuego de Pentecostés. La misión de la Renovación Carismática es hacer presente hoy en el mundo la experiencia de Pentecostés. Confirma así su vocación de servicio a la Iglesia, que fue enriquecida con los carismas del Espíritu desde su nacimiento en el Cenáculo.
RENOVACIÓN EN EL ESPÍRITU
Juan Pablo II ha dicho a nuestros hermanos de Italia: "Entre los
caminos misteriosos con que la Providencia vive hoy su plan de salvación, en
este final del segundo milenio, es convicción nuestra que, uno de ellos, pasa a
través de la Renovación en el Espíritu. Por medio del Espíritu, el Resucitado
vive y actúa entre nosotros haciéndonos presente en el mundo en cada
experiencia personal".
Son Palabras del Papa que definen con acierto nuestra
vocación y hasta la razón de nuestros testimonios. Veinte mil carismáticos
italianos le aplaudieron.
SERÉIS MIS TESTIGOS
"En medio del corazón de un mundo convertido en
desierto, y sequedad, por el racionalismo y el materialismo -dice el cardenal
Ratzinger- ha surgido una nueva experiencia del Espíritu Santo que tiene las
proporciones de un movimiento a escala mundial". Católicos de todo el
mundo y cristianos de todas las confesiones se dejan invadir por la fuerza del
Espíritu dando fe de que, el Señor que ha cambiado sus vidas, es el único
Señor. Son signos visibles de ese cambio: el valor, como los apóstoles, para
ser fieles a la promesa de Cristo: "Seréis mis testigos"; el proclamar
la buena nueva con la fuerza de Dios, que hace "maravillas"; el
surgir de una comunidad nueva basada en el amor
DESCUBRIR A CRISTO
La Renovación Carismática es "una corriente de
gracia" que renueva en la sociedad actual los dones y carismas de la primera
comunidad cristiana. Personas de todas las clases sociales y todas las pobrezas
descubren a Cristo no cómo un Dios lejano que se encarnó un día en la Historia,
sino como alguien vivo y resucitado que es centro de su vida.
Sin fundador, sin especiales compromisos, la Renovación nos
ha permitido descubrir de nuevo esa profundidad del corazón donde Dios vive. Y,
con ella, el asombro de las conversiones personales, el resurgir de la oración,
la lectura enriquecedora de la Biblia y la liberación alegre de la alabanza.
LA BUENA NOTICIA
Por eso es posible anunciar hoy a los que tienen sed, a los
que buscan, a los que presienten algo más ... que hay un lugar ilusionante y
vivo en la Iglesia:
LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA.
La forman grupos de todas las edades y condiciones -casados,
solteros, religiosos, jóvenes y mayores- que desean vivir la buena noticia del
Evangelio dando al mundo un testimonio de luz y esperanza.
Juan Pablo II definió así la Renovación Carismática:
"es una manifestación elocuente de la vitalidad siempre joven de la
Iglesia, una expresión vigorosa de lo que el Espíritu está diciendo a las
Iglesias al final del segundo milenio."
NUEVO PENTECOSTÉS
NUEVO PENTECOSTÉS
La historia de la Renovación Carismática Católica está unida
al concilio Vaticano II y al papel que en él se asigna a los laicos dentro de
la Iglesia. En 1.961, Juan XXIII lo convocaba orando así al Espíritu Santo:
"Renovad en nuestra época, como en un nuevo Pentecostés, vuestras
maravillas ..."
El 18 de febrero de 1.967, treinta estudiantes y profesores
de la universidad de Duquesne en Pensylvania, hacían un retiro espiritual para
profundizar en la fuerza del Espíritu, dentro de la Iglesia primitiva, ausente
en el cristianismo que ellos veían languidecer. La llamada tuvo una respuesta
sorprendente: "Lo que empezó allí, gracias a Él - explicó David Mangan-
fue una capacidad nueva para estar a su escucha... "Dios tomó de su mano
el formarme para lo que Él quería de mi". La experiencia de la efusión del
Espíritu se repitió en las universidades de Notre-Dame, en South Bend, Indiana,
y en Michigan.
Grupos que nadie planeaba, ni convocaba, se multiplicaron
como pequeñas luces en un estadio. Era la libertad del Espíritu que estallaba
por todas partes: "la libertad de los hijos de Dios".
Con vitalidad sorprendente, la Renovación Carismática se ha
difundido por todo el mundo y en todas las confesiones cristianas, alcanzando
en la Iglesia Católica la cifre de 72 millones.
DEJAR A DIOS SER DIOS
Desde sus comienzos, la Renovación ha aportado a la Iglesia
una gran corriente de libertad. "Dejábamos a Dios ser Dios". Fue esta
una experiencia fundamental.
Más que hacer, se trataba de recibir el don de Dios. Dejarle a Él la iniciativa, porque los cristianos encerramos con frecuencia a Dios en la pequeñez de nuestros intereses, de nuestros proyectos y normas ... A veces se tenía la sensación de que Dios había suscitado la Renovación Carismática un poco para ir a su aire.
Más que hacer, se trataba de recibir el don de Dios. Dejarle a Él la iniciativa, porque los cristianos encerramos con frecuencia a Dios en la pequeñez de nuestros intereses, de nuestros proyectos y normas ... A veces se tenía la sensación de que Dios había suscitado la Renovación Carismática un poco para ir a su aire.
Hicimos un descubrimiento: más que hacer obras PARA Dios
había que hacer las obras DE Dios. También descubrimos la cercanía
impresionante de un Dios que "se goza en estar con los hombres".
REAVIVAR LA LLAMA
Agradecemos el don precioso de la Efusión del Espíritu, que
reaviva en nosotros las gracias que un día recibimos en el Bautismo y la
Confirmación que nos hace vivir, como adultos responsables, la fe que entonces
prometimos.
Los seminarios de Vida en el Espíritu son nuestro modo
específico de evangelizar. Si en los comienzos de la Iglesia los convertidos se
bautizaban, hoy hemos de convertir a los bautizados. Son miles los cristianos
que se declaran "creyentes" y afirman, al mismo tiempo, que "no
practican". Como ha dicho el Papa, "Europa es hoy tierra de misión".
Los "Seminarios de vida en el Espíritu"
evangelizan con la fuerza del primer anuncio. El Espíritu se derrama con poder
y nacen de ellos conversiones radicales, vocaciones al sacerdocio, a la vida
contemplativa. Compromisos con la sociedad, con los pobres, los presos, los
enfermos.
SE ENCUENTRA A DIOS...
A lo largo de siete semanas, la trayectoria va del encuentro
personal con Jesús, al descubrimiento de la Comunidad, para terminar con el
compromiso ante la sociedad. Al final es imposible dejar de proclamar que
Cristo vive hoy; que está a nuestro lado, que es nuestra vida. Todo esto es
verdad. Lo ha dicho Carmen Conde en un gran poema: "Y si se apoyan las
manos en el pecho y se respira hondo, se encuentra a Dios".
JESÚS ES EL SEÑOR
El fundamento teológico de la Renovación Carismática es el
Misterio de la Trinidad y, especialmente, el conocimiento progresivo de la
persona del Espíritu que es quien nos revela a Jesús. Por Él vamos al Padre y
entramos, como grandes enchufados, en el coloquio amoroso de la vida
trinitaria.
Si el Espíritu nos revela a Jesús, hay que proclamar con
alegría, con asombro y respeto infinitos, que Jesús es el Señor. Este es el fin
y el fruto primero de la Renovación Carismática. Esta es su fuerza: proclamar
el Señorío de Cristo. Anunciar que Jesús es el Señor.
RIQUEZA DE LA IGLESIA
Acogemos con libertad todas las manifestaciones del
Espíritu, con prudencia, pero sin permitir que ningún carisma del Espíritu se
apague porque es don y riqueza para la Iglesia de la que formamos parte y donde
Dios nos ha señalado esa misión concreta de despertar el gozo de su Santo
Espíritu.
Es, por eso tarea especial de la Renovación, fomentar los
Seminarios de vida en el Espíritu, atender a los grupos de oración, a todo lo
que despierte la presencia de la auténtica vida. Todo lo que consuele, sane,
suavice, todo lo que sea don y gozo del Espíritu para el mundo de hoy. Todo lo
que sea unidad, paz, amor y ánimo grande ... "¡Valor!" Pidió Juan
Pablo II en Pentecostés.
ALMA DEL MUNDO
¡Qué apasionante, para la Renovación, ser impulso renovador
en la Iglesia!. Hacer que el Espíritu, "alma de la Iglesia", sea
también ese "suplemento del alma" que nuestro mundo materialista y
desencantado necesita.
Ese fue el primer saludo profético de Pablo VI a la
Renovación: "Si, la Iglesia tiene necesidad de su eterno Pentecostés.
Tiene necesidad de fuego en su corazón, palabras en sus labios, profecías en su
mirada. La Iglesia necesita volver a encontrar la sed y el amor... Tiene
necesidad de sentir que suben, desde lo más profundo de ella misma, como unos
gemidos, un poema, una oración, un himno: es la voz orante del Espíritu".
Y el Papa se hacía una pregunta: "Entonces, ¿cómo esta
renovación espiritual no va a ser una suerte para la Iglesia y para el
mundo?". Palabras que parecen confirmar lo que algunos llaman "el
fenómeno más sorprendente de la vida de la Iglesia en los últimos
decenios".
PERO LO NUESTRO ES JESÚS
Es descubrir su rostro en los hermanos. Sentir que somos,
juntos, una comunidad: que somos Iglesia suya. Lo nuestro, es acoger la buena
noticia de la salvación. Comprobar, con asombro infinito, que estamos liberados
de nosotros mismos, sanados de nuestras heridas. Proclamar la gratuidad del
amor de Dios y la respuesta generosa del amor nuestro. Un amor que nos hace
libres para anunciar al mundo lo que nuestros ojos han visto y nuestras manos
han tocado.
MUY CERCA DE MARÍA
Juan Pablo II hizo una hermosa síntesis de nuestra misión al
recordarnos, cuando la Renovación cumplía veinte años, el texto de Isaías:
"El Espíritu de Dios está sobre mí, Él me ha enviado para ser luz de los
ciegos, consuelo de los tristes, para vendar los corazones heridos...".
"Os recomiendo, nos dijo, que meditéis frecuentemente las palabras de
Isaías ponderando el gran misterio de cómo el Espíritu de Dios os cubre a
vosotros con su sombra, de forma no muy distinta a la que experimentó María".
Palabras que son un inmenso regalo para la Renovación y para la Iglesia.
Palabras que no son posibles considerar sin estremecerse.
Fuente: www.rcc-es.com
sábado, 10 de agosto de 2013
¿Qué
significa “que Dios te bendiga”?
Cuando alguien
te dice “QUE DIOS TE BENDIGA” no solo te está deseando lo
mejor para ti, sino que también está actuando en favor suyo.
Pues, cuando Bendices
a alguien también atraes el favor de Dios hacia ti.
El efecto de la Bendición es multiplicador, ya que
es dado por Dios a sus Hijos.
¡¡¡Bendiciones!!!
El significado de la bendición:
El significado de la bendición:
La bendición,
invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona, habla del
agradecimiento, confiere prosperidad y felicidad en la persona que recibe buenos
deseos de nuestra parte.
La bendición
comienza en el hogar, en las relaciones de padres e hijos.
Los niños que
reciben el regalo de la bendición de parte de sus padres, tienen un buen
comienzo espiritual y emocional en la vida. Reciben un firme fundamento de amor
y aceptación.
Este principio
también se aplica a la íntima relación de pareja.
Las amistades
se profundizan y fortalecen, la hermandad de las Iglesias se incrementa, trayendo
compañerismo, sanidad y esperanza a muchos que nunca han recibido una palabra
de bendición.
El poder de la
vida y la muerte está en la Palabra.
Al bendecir,
se otorga vida, no sólo al que recibe la bendición, sino también al que la da.
Por eso, hoy te
bendigo, mi bendición va para ti, porque al bendecirte de todo
corazón, me bendigo a mí mismo.
Reparte bendiciones
donde vayas, no sólo de palabras, sino de hechos.
Ellas volverán
a ti, cuando menos lo esperes.
En general, la
persona que vive en la presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición
divina siempre.
¡¡¡Qué Dios Bendiga a
todo el mundo!!!
viernes, 9 de agosto de 2013
Oración para pedir perdón y para perdonar
El perdón es la
llave de la libertad y la paz interior. Para pedir perdón se requiere humildad.
Para perdonar se requiere misericordia. Ni la humildad ni la misericordia son
fáciles. Pedir perdón supone reconocerse pecador. Perdonar supone tener un
corazón como el de Cristo.
En el Padre Nuestro, Jesucristo nos enseña a pedir:
"Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden", pues el perdón de los pecados y el haber perdonado son
condiciones para alcanzar la paz interior y la salvación eterna.
me declaro culpable, pido clemencia, perdón por mis pecados.
Me acerco a ti con absoluta confianza
porque sé que tú prefieres la penitencia a la muerte del pecador (Ez 33,11)
A ti no te gusta ni la venganza ni el rencor, tu corazón es compasivo y misericordioso,
y sé que sólo estás esperando a que tenga la humildad de reconocer mi pecado, arrepentirme y pedir perdón
para desbordar la abundancia de tu misericordia.
"Cuando confesamos nuestros pecados, Dios, fiel y justo, nos los perdona" (1 Jn 1,9)
Miro al horizonte: veo tus brazos abiertos y un corazón de Padre
queriendo atraerme con lazos de un amor infinito.
Padre, perdóname, quiero recibir el abrazo eterno.
Tu enseñanza es muy clara: para ser perdonados y poder entrar en el Reino de los cielos debemos tener un Corazón como el tuyo.
No es cuestión de diplomacia o de puras relaciones humanas,
nos pides que seamos buenos cristianos por la práctica de la caridad evangélica.
"Perdonad y se os perdonará" (Lc 6,36)
"El que odia a su hermano es un homicida" (1 Jn 3,15)
"Con la medida que midiereis se os medirá" (Mt 7,2)
"Si no perdonáis, tampoco el Padre os perdonará" (Mc 11,23)
Si no somos benévolos con quienes nos han hecho daño,
con quienes nos han ofendido, nos han traicionado y nos odian, seremos castigados.
El siervo al que se le condonó su deuda, cuando no quiso él hacer lo mismo con otro que le debía, fue encarcelado.
Perdió el perdón que había obtenido al no ser él capaz de perdonar. (Mt 18,23-25)
Padre,
envía tu Espíritu de amor y perdona mis pecados,
purifícame, sáname, restáurame, renuévame
con la Sangre Redentora de tu Hijo;
ayúdame a tener un corazón como el Suyo,
un corazón humilde y generoso capaz de perdonar,
arranca de mí el corazón de piedra y dame un corazón de carne.Amén
domingo, 4 de agosto de 2013
Lo afirma el Padre Ghislain Roy


El Padre Ghislain Roy, tenía 19 años
cuando ingresó al seminario y en su primer destino pastoral como
seminarista ¡se enamoró de una joven del lugar!, que también le
correspondía. Aunque era algo tímido enfrentó los hechos, pidió un tiempo de
discernimiento y seguro de obtener respuesta, la buscó en quien le había
invitado a ser cura: Jesús, su Señor. “Él puso en mi corazón una certeza… que sería feliz en
el matrimonio, pero que me llamaba a servirlo en el sacerdocio”. Tenía
que optar.
Predica en retiros de sanación y liberación
Hoy Ghislain Roy, quien en su juventud
cuando discernía el llamado de su Señor pensó en ser psicólogo o trabajador
social, es
párroco en la Parroquia Saint François d’Assise (Beauceville,
Québec, Canadá). Pero también, desde hace seis años, viaja por las Américas,
Europa y Oriente Medio predicando retiros para sanar y liberar de los demonios
a personas cuyos idiomas no conoce. Ello no es impedimento porque quien hace el
trabajo, precisa, es el Espíritu Santo. “La gente tiene necesidad de verdad y
la verdad es la Palabra de Dios”.
Sanado en un retiro carismático
Todo comenzó, señala, cuando él mismo
fue sanado y liberado en un retiro por sacerdotes de la Renovación Carismática.
Y habla de un tema que sabe es incómodo para muchos miembros de la Iglesia: demonios,
exorcismo. Y otros que algunos olvidan: Adoración Eucarística,
consagración del apostolado a la Santísima Virgen María.
Ministerio de sanación y liberación, clave en la
Nueva Evangelización
El padre Ghislain está convencido de que el ministerio de sanación y liberación es no sólo una urgencia de nuestro tiempo y querido por Dios, para ser desarrollado por todo Obispo, sacerdote y bautizado, sino que pieza clave de la Nueva Evangelización.
El padre Ghislain está convencido de que el ministerio de sanación y liberación es no sólo una urgencia de nuestro tiempo y querido por Dios, para ser desarrollado por todo Obispo, sacerdote y bautizado, sino que pieza clave de la Nueva Evangelización.
“¿Estamos
los sacerdotes tomando realmente en serio a Jesús?’”, es la interpelación del
P. Ghislain Roy.
- ¿En que se apoya para denunciar la importancia de este
ministerio que afirma sanar y liberar a las personas?
- Si revisamos la historia de la
Iglesia muchos santos, muchos sacerdotes han ejercido este ministerio. Sanaban,
tenían palabras de conocimientos, podían leer los corazones y liberaban a la
gente de opresiones ocultas, de los demonios. Jesús quiere dar a todos los
sacerdotes el ministerio de la sanación y de la liberación. Por
eso dijo: «He aquí las señales que acompañarán a los que creen en mí,
expulsarán a los espíritus malos y sanarán a los enfermos».
Es entonces un ministerio que forma
parte de la misión del sacerdote, que es la misión de Jesús. La pregunta es
entonces… ¿Estamos los sacerdotes tomando realmente en serio a Jesús?, ¿Confiamos
realmente en su palabra? ¿Creemos en lo que dice la palabra de
Dios?
- Sin embargo, no todo el Magisterio de la Iglesia mira con
beneplácito este ministerio…
- El Magisterio de la Iglesia está al
servicio de la Palabra de Dios. Hay que tener la certeza que si uno hace lo que
Jesús dice en el evangelio, debe respetar automáticamente el Magisterio de la
Iglesia. Si algunas autoridades están en contra de lo que hacemos estarían en
contra de la Palabra de Dios mismo y nadie puede estar por encima de la
Palabra de Dios. Estamos todos al servicio de esa Palabra.
- ¿Algún hecho confirmó su credibilidad en este ministerio?
- Antes de ser sacerdote yo era muy
tímido y le pedí a Jesús: “Jesús, como regalo de mi ordenación sacerdotal quiero
recibir la liberación de mi timidez en el ejercicio del ministerio
de la predicación”.
Viví un retiro antes de llegar a ser
sacerdote, luego fui ordenado y en la mañana de mi primera misa tenía una
profundidad espiritual tan grande que hablé durante diez a quince minutos al
comienzo de la misa, sin papel, sólo con la unción del Espíritu Santo.
Después que llegué a ser sacerdote un
día estaba en el confesionario y llegó un hombre a confesarse. Entonces
teniendo en el corazón la imagen del Santo Cura de Ars, le dije interiormente a
Jesús: «Dame
el don de poder confesar como él». Aunque yo no conocía a esta
persona que se iba a confesar le pedí a Jesús «dame el nombre de esta persona».
Me dio un nombre y el cómo decírselo a la persona. Pregunté «¿te llamas por
casualidad Marco?’», me respondió que sí. ¡Yo no le conocía, venía de un lugar
distante a doscientos kilómetros, estaba de paso! Ahí me di
cuenta que Jesús nos regala todos los dones, cuando se los
pedimos. Hoy, cuando confieso a las personas dejo hablar a Jesús en mi corazón.
Le suplico que ponga su mano sobre la persona y así él la libere y la sane.
- ¿Por qué la centralidad y urgencia que otorga al sanar y
liberar, al exorcismo?
- En la Iglesia debemos ejercer este
ministerio, si queremos evitar la hemorragia de gente que se va a la Nueva Era, a
las prácticas del ocultismo, médium, reiki, meditación trascendental,
la francmasonería, brujos, tabla ouija y tantos males. Este no es un ministerio
particular o especial, sino que forma parte de la misión del sacerdote, que es
la misión de Jesús. EL Señor está obrando y sanando. Por todas
partes en el mundo se están levantando apóstoles de luz que la Virgen está
preparando para combatir todo lo que es tiniebla. Serán los apóstoles del
Corazón de María y del Corazón Eucarístico de Jesús.
- ¿Cómo pueden los feligreses distinguir a un buen
exorcista?
- Es muy simple. El buen exorcista es
un hombre de oración, es un hombre de fe, fiel a la enseñanza de la iglesia,
humilde, que se confiesa a menudo, que –simbólicamente dicho- es capaz a menudo
de ponerse de rodillas. Pero la gente tiene ese sentido de la fe que les permite
saber si alguien que es nombrado como exorcista respeta verdaderamente lo que
el Señor dice dentro de la Iglesia. Porque hay exorcistas nombrados que no
creen en el ejercicio de su misión. Pero cuando el corazón del
sacerdote es alcanzado, llega a ser un agente multiplicador auténtico. Es lo
que sucede en España. Ahora son decenas los sacerdotes que ejercen en sus
parroquias el ministerio de la liberación y sanación.
- En sus retiros se dedican bastantes horas a la Adoración
Eucarística ¿Es ella fuente de liberación y sanación?
- Como se ve en la palabra de Dios,
Jesús reúne a los discípulos alrededor de él antes de enviarlos a la misión.
Creo que la
Adoración Eucarística es base en la evangelización. Primero hay
que llegar a ser íntimos de Jesús para poder hablar de él y actuar como él. Si
la Adoración no estuviera presente en mi vida yo correría el riesgo de hablar
de todo, salvo de quien libera y sana. Por eso promuevo capillas de Adoración
Perpetua o en los retiros que predico, las noches completas de
Adoración. Es Jesús quien allí nos toca, inflama los corazones, sana, libera,
nos regala el gusto de seguirlo y actuar como él. Es Jesús quien
debe estar en el centro de nuestra sociedad. Mientras no sea
así el mundo -como dijo el mismo Jesús a Santa Faustina-, no conocerá la paz.
- ¿Potenciar la Adoración Eucarística Perpetua es una
urgencia de toda diócesis?
- Por supuesto. Repetiré lo que dije en
el último retiro hace algunas semanas en Chile. San Pedro Julián Eymard,
apóstol de la eucaristía, dijo que el culto de la exposición del
Santísimo Sacramento es “LA” necesidad de este tiempo. Es
urgente para salvar a la sociedad. El gran mal de este tiempo es que no se
adora a menudo a Jesús.
- Además de lo que ha señalado ¿hay otros beneficios que
genera la Adoración Eucarística Perpetua?
- Esta probado estadísticamente que
cuando hay una capilla de Adoración Perpetua, la tasa de criminalidad y
violencia disminuye en la zona. La pastoral de evangelización
de las parroquias va mejor, porque cuando hay gente que ora, toda la pastoral
está sostenida por esa oración y trae frutos espirituales en abundancia.
A la vez para los sacerdotes como para el conjunto de la parroquia e incluso al
exterior…
Simplemente conságrense a la Virgen
María. ¡Consagren los lugares y personas a la Virgen María, consagren las
diócesis a ella! Hagan capillas de Adoración Eucarística Perpetua.
Formen sacerdotes y laicos en el ministerio de la liberación y sanación, porque
las necesidades son tan grandes que se van a necesitar muchos obreros en la
espera de la vuelta de Cristo.
Pinceladas bíblicas
LOS SÍMBOLOS DE LOS CUATRO
EVANGELISTAS
- ¿Por qué a los cuatro
evangelistas se les representan como a un ángel, un león, un buey y un águila?
Tradicionalmente se suele
representar a los cuatro evangelistas mediante cuatro símbolos.
El orden en el que aparecen en el
Nuevo Testamento son:
El ángel (un hombre
con alas): Mateo.
El león: Marcos.
El buey: Lucas.
El águila: Juan.
- Mateo
se simbolizó con un ángel (un hombre con alas) porque su evangelio comienza con
la lista de los antepasados de Jesús, el Mesías: Mt 1,1-16. Esta lista es de
gran valor para este evangelio porque presenta a Jesús como hijo de David (el
más importante de los reyes) e hijo de Abrahán (el padre del pueblo de Dios).
Mateo quiere afirmar que Jesús lleva a su perfección la historia del pueblo.
Esta lista de mensajes tiene tres períodos de generaciones (3=número perfecto),
y cada uno de los períodos se compone de catorce generaciones (14=7+7, número
perfecto). Las mujeres también juegan un papel importante en esta genealogía;
se trata de Tamar, Rajab, la mujer de Urías (Betsabé) y María. Son mujeres
comprometidas con la
justicia. Por eso Mateo las incluye en la lista.
Marcos se simboliza
con un león porque su evangelio comienza con la predicación del Bautista en el
desierto, donde había animales salvajes. Su evangelio fue el primero en
escribirse (en la década de los años 60 después de Cristo) y sirvió como texto
de catequesis para los que se preparaban para recibir el bautismo. Es el
evangelio más corto y el hecho de que comience presentando a Juan Bautista en
el desierto es muy importante. Para el pueblo de la Biblia, el desierto
representaba, entre otras cosas, el lugar donde se fraguan los nuevos
proyectos. Esto es lo que hizo el pueblo de Dios cuando salió de la esclavitud
de Egipto. Juan Bautista se da a conocer en el desierto, lo que pone de
manifiesto que está preparando al pueblo para la gran novedad que supone la
vida y las prácticas de liberación de Jesús. Partiendo de Am 3,8, podemos
afirmar que la voz del león simboliza la voz de los profetas que denuncian la
violación de los planes de Dios Ap 10,3. Por tanto, Juan Bautista es el profeta
que denuncia la injusticia y que apunta a la novedad que aportará Jesús.
- Lucas se ha simbolizado mediante un buey o un toro porque su evangelio comienza con la visión de Zacarías en el Templo, donde se sacrificaban animales como bueyes, terneros y ovejas. El evangelio de Lucas comienza y termina en el Templo; los Hechos de los apóstoles constituyen la segunda parte del evangelio de Lucas. Si en el evangelio encontramos el camino de Jesús, en los Hechos tenemos el camino de las comunidades que siguieron a Jesús. El libro de los Hechos termina llegando Pablo a Roma, ciudad que, para Lucas, representa "los confines del mundo".
- Lucas se ha simbolizado mediante un buey o un toro porque su evangelio comienza con la visión de Zacarías en el Templo, donde se sacrificaban animales como bueyes, terneros y ovejas. El evangelio de Lucas comienza y termina en el Templo; los Hechos de los apóstoles constituyen la segunda parte del evangelio de Lucas. Si en el evangelio encontramos el camino de Jesús, en los Hechos tenemos el camino de las comunidades que siguieron a Jesús. El libro de los Hechos termina llegando Pablo a Roma, ciudad que, para Lucas, representa "los confines del mundo".
- Juan es representado por
un águila, la mirada dirigida al sol, porque su evangelio se abre con la
contemplación del Jesús-Dios: Jn 1,1. El evangelio de Juan fue el último en
aparecer, y no se escribió en pocos días. Lo escribieron los discípulos de
Juan. Una de las características del Jesús del evangelio de Juan es esta: el
Maestro nos conoce a cada uno de nosotros mejor de lo que nos conocemos
nosotros mismos: Jn 1,48. Poco más adelante dice que Jesús "no necesitaba
que le informasen de nadie, pues él conocía muy bien el interior del
hombre." (Jn 2,25). Los símbolos de cuatro evangelistas surgieron a partir
de Ez 1,10. En Ap 4,6-10 hay cuatro vivientes con ese aspecto, pero no se
refieren a los evangelistas.
SAN JUAN MARÍA VIANNEY (Santo cura de
Ars) 4 de Agosto. Patrón del clero universal.
Miembro de la Tercera Orden
Franciscana. Nació en Dardilly (Lyon, Francia) el año 1786. Eran los agitados
tiempos de la
Revolución Francesa. Tuvo que superar grandes dificultades en
los estudios para llegar a ordenarse de sacerdote en 1815. Fue despedido del
seminario de Lyon por insuficiencia, pero con la ayuda del abate de Balley pudo
completar los estudios. Después de la ordenación comenzó su ministerio, pero
sin licencias aún para oír confesiones. Completada su formación, se le confió
la parroquia de la pequeña aldea de Ars, que gobernó y promocionó
maravillosamente con su constante predicación, mortificación, oración y
caridad. Difundió el mensaje evangélico con la catequesis que a diario impartía
a niños y adultos, con la reconciliación que administraba a los penitentes, con
sus obras de ardiente caridad alimentada en la Eucaristía. Estaba
dotado de unas cualidades extraordinarias como confesor, lo cual hacía que
acudieran a él fieles de todas partes. Murió el 4 de agosto de 1859. Pío XI lo
nombró patrono de los párrocos.
Oración: Dios de poder y misericordia, que
hiciste admirable a san Juan María Vianney por su celo pastoral, concédenos,
por su intercesión y su ejemplo, ganar para Cristo a nuestros hermanos y
alcanzar, juntamente con ellos, los premios de la vida eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.

Pinceladas bíblicas



¿Cómo sabemos que el autor del Evangelio de Lucas y
los Hechos de los Apóstoles es la misma persona?

Fuente:
Luis Antequera www.religionenlibertad.com
Más
allá de que así lo ha registrado la tradición de manera muy expresiva, de la
coherencia de los dos relatos y hasta de la unidad estilística de ambos, la
clave nos la da el propio autor del Evangelio de Lucas y de los Hechos
de los Apóstoles, que nos la presenta con toda claridad en la introducción
de cada uno de los dos libros que escribe.
Este
es el comienzo del Evangelio de Lucas:
“Puesto
que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio
fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también,
después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes,
escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez de las
enseñanzas que has recibido” (Lc.
1, 1-4).
Dedicado
como se ve a un tal Teófilo sobre cuya identidad se ha especulado mucho,
sin obtener ninguna conclusión incontestable. La raíz griega del nombre ha
hecho pensar en un posible funcionario romano convertido, una prueba más de la
rápida superación de fronteras del mensaje cristiano y de su temprana llegada
al mundo clásico. Pero la misma razón no permite desechar la hipótesis un judío
helenizado como tantos otros (Andrés, Felipe, son
apóstoles de Jesús
que a juzgar por su nombre provendrían del mismo grupo). Por poder, podría
tratarse hasta del amplio conjunto de lectores, significando como significa el
nombre, “amigo de Dios”, de Teo=theos=Dios y filos=amigo.
Por
cierto, no sólo a modo de curiosidad sino con utilidad para el análisis que
realizamos aquí, el de Lucas es el único de los evangelios iniciado con
una salutación a su destinatario, lo que una vez más representa un vínculo de
unión entre el Evangelio que se le atribuye y el libro de
los Hechos. Y es que éste vuelve a tener una dedicatoria, no
siendo casual que dicha dedicatoria vuelva a estar dirigida al mismo
personaje del mismo nombre, quien quiera que sea.
“El
primer libro lo dediqué, Teófilo, a todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el
principio hasta el día en que, después de haber dado instrucciones por medio
del Espíritu Santo a los apóstoles que había elegido, fue levantado a lo alto.
A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles pruebas de que
vivía, dejándose ver de ellos durante cuarenta días y hablándoles del Reino de
Dios” (Hch. 1, 1-3).
Dedicatoria
que, a mayor abundamiento y por si las cosas no estuvieran suficientemente
claras, contiene, como se ve, una referencia al primero de los libros escritos,
que no es ni puede ser otro que el Evangelio. Y en la que, por cierto, se encuentra
otra clave que no debe ser desdeñada tampoco. Y es que Evangelio y Hechos
pueden ser (y de facto son) obra del mismo autor, pero contrariamente a lo que
acostumbra a afirmarse, no son la misma obra. Una (Hechos) es claramente
posterior a la otra (Evangelio), como demuestra la afirmación
realizada al inicio de aquélla “El primer libro lo dediqué, Teófilo…”. Es
más, normalmente, deberían estar separadas por algún añito de diferencia. Lo
cual no deja de tener importantes consecuencias, pero eso, amigo lector, es
harina de otro costal que desvelaremos algún día... pero no hoy, qua ya hemos
pasado un ratito y no es cosa de agotar su paciencia.
sábado, 3 de agosto de 2013
Virgen
de Medjugorje
Mensaje
del 2 de Agosto de 2013
“Queridos hijos,
si me abrierais vuestros corazones en completa confianza, lo comprenderíais
todo. Comprenderíais con cuanto amor os invito, con cuanto amor deseo
cambiaros, haceros felices; con cuanto amor deseo haceros seguidores de mi Hijo
y daros la paz en la plenitud de mi Hijo. Comprenderíais la inmensa grandeza de
mi amor materno. Por lo tanto, hijos míos, orad, porque a través de la oración
vuestra fe crece y nace el amor, amor con el cual ni siquiera la cruz es
insoportable porque no la lleváis solos. En comunión con mi Hijo, glorificad el
Nombre del Padre Celestial. Orad, orad por el don del amor, porque el amor es
la única verdad, el amor perdona todo, sirve a todos y en cada uno ve a un hermano.
Hijos míos, apóstoles míos, grande es la confianza que el Padre celestial, a
través mío, su servidora, os ha dado para que ayudéis a aquellos que no lo
conocen, para que se reconcilien con Él y para que lo sigan. Por eso os enseño
el amor, porque solo si tenéis amor podréis responderle. De nuevo os invito:
¡amad a vuestros pastores! y orad, para que en este tiempo difícil, el nombre
de mi Hijo sea glorificado bajo su dirección. ¡Os doy las gracias!”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)