Paul fue, de
niño, el malabarista más pequeño del mundo y hoy es, posiblemente, el más grande.
A los 19 años ya había sido aplaudido en los escenarios más prestigiosos de
Londres, Nueva York, Las Vegas, Montecarlo… “pero tenía sed de más, aunque no
sabía qué me faltaba.”
En Las
Bahamas, entró a una parroquia y se inscribió en la catequesis, sin sospechar
que ahí conocería al espectador más importante de su vida.
Su historia
nos permite reflexionar sobre estas dos propuestas…
EN LA PISTA 1:
“Si quieres ser feliz a corto plazo… ¡triunfa, viaja, gana dinero, ten las
parejas que te apetezcan y no dependas de nadie! Yujuuuuu…”
EN LA PISTA 2:
“Si quieres ser feliz a largo plazo, desde hoy, entrégate a los demás, sin
exigir nada a cambio. Tu cuerpo no es un juguete para alquilar por temporadas.
Vence el miedo y súbete al trapecio. Confía en la ayuda del Cielo, no dependas
sólo de tus fuerzas. Comprométete con una sola persona para toda la vida y
forma una familia. Esta aventura merece la pena.”
En este
capítulo, varios artistas de circo charlan abiertamente sobre sus creencias,
sobre las dificultades del noviazgo y del matrimonio, sobre la educación de los
hijos. Sin novelas rosas. ¡Bienvenidos al circo, que empiece el “show”!
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